Lecciones del "Principito" para el descanso emocional en verano
En las suaves alas del verano, cuando el tiempo se calma y el sol acaricia la piel, hay una invitación silenciosa que nos llama: descansar la mente, el cuerpo y, sobre todo, el corazón.
Y luego, hay libros que nos acompañan en estas pausas como si fueran viejos amigos. Entre ellos, destaca un pequeño tesoro lleno de luz y sabiduría, El principito, de Antoine de Saint-Exupéry.
En esta altura do ano o cuerpo pide descanso y a alma?
Vivimos en un mundo que exige siempre más. ¿Más productividad, más presencia, más respuesta inmediata, más todo y que pensemos menos en nosotros! ¿Es justo?
En el fondo, lo que nuestro corazón anhela ya no es menos! menos ruido, menos correría, menos peso, menos presiones, solo menos .
El verdadero descanso emocional comienza cuando damos permiso a nuestra alma para detenerse, respirar y escuchar.
Sabes lo que eso quiere decir? sí a ti, leíste bien: en las vacaciones de verano, no descanses solo el cuerpo. Descanse la mente de las comparaciones, el corazón de las exigencias, los pensamientos de las culpas.
El principito nos susurra que «las personas grandes no entienden nada solas» y que es necesario, a veces, volver a ser niño para reencontrarnos con nuestra esencia.
Puedo lanzarle un desafío? vamos a reescribir juntos esta historia!
“En efecto, en el planeta del principito había, como en todos los otros planetas, hierbas buenas y malas. Por lo tanto, buenas semillas, de buenas hierbas; malas semillas, de malas hierbas. pero las semillas son invisibles. Duermen en el secreto de la tierra hasta que un cisme de despertar. Entonces ella se extiende, y tímidamente lanza al sol un gallo inofensivo. Si es de roble o rábano, podemos dejar que crezca a voluntad. Pero cuando se trata de una mala planta, hay que arrancarla en cuanto la conozcamos”.
La mala hierba son todos los más que nos impiden descansar y que hay que arrancar antes de que sea demasiado tarde. La hierba buena es el merecido descanso, aquel menos que hablamos arriba y que nos va a permitir reencontrar la esencia en este período de vacaciones.
Preparado para ser el responsable de ver brotar las buenas semillas?

Lo esencial es invisible a los ojos
También nos recuerda este maravilloso libro! ¿Qué estás esperando para sumergirte en las páginas de este libro en estas vacaciones?
La moraleja de la historia es: lo verdaderamente importante no se ve, se siente. En un momento en que todo es imagen, estado, filtro, rendimiento y vivimos la vida real como si estuviéramos permanentemente en modo online, el principito nos ofrece la cura: sentir con el corazón.
Descansar emocionalmente es también mirar a nuestro alrededor y elegir lo que vale la pena cuidar: los afectos, la naturaleza, el silencio, los momentos de compartir. Así como el príncipe cuida su rosa, también nosotros debemos cuidar nuestras emociones con delicadeza y presencia.
Cultiva gestos de amor y comparte
Puede unir lo útil con lo agradable, leer este libro con un hijo, una ahijada o un abuelo es más que un acto de lectura. Es un encuentro entre generaciones, donde brotan conversaciones que quedan guardadas en el tiempo como estrellas en el cielo.
Al compartir esta obra con alguien, plantamos semillas de empatía, escucha e imaginación. Es un legado invisible pero poderoso. Porque quien aprende pronto a «mirar con el corazón» camina con más sensibilidad y verdad por la vida.
En este libro, como en nuestra existencia, «te haces eternamente responsable de lo que cautivas».
Esta es una de las frases que más toca quien lee el libro. Y tal vez sea el resumen perfecto de lo que es amar, cuidar y compartir.
¿Por qué? Descubre las buenas prácticas para el descanso emocional
Piensa en la belleza del compartir y el amor genuino, supongo que lo que buscas en estas como en otras vacaciones:
“Si me cautivas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí el único en el mundo. Y yo seré para ti la única en el mundo…”
He aquí algunas buenas prácticas de descanso emocional este verano
- Lleve un libro que lo inspire: elija lecturas que lo toquen profundamente.
- Apague para conectarse: aléjese, por un momento, de las pantallas y conéctese a la naturaleza, a la respiración y a la presencia de quien ama.
- Crea momentos de intercambio emocional: lee un fragmento del libro con alguien querido. Comparte recuerdos, sueños y risas.
- Reaprende a jugar: deja espacio para la ligereza, para no hacer nada, para la contemplación. Permítete existir, ¡está todo bien!
- Escribe a tu «pequeño príncipe interior»: una carta simple donde expreses lo que sientes, lo que necesitas, lo que quieres cuidar.
Al volver a la rutina diaria, cuenta con mi ayuda como coach de salud integrativa y terapeuta holística para seguir viviendo en plenitud. ¿Qué necesitas de ti? Preparación:
“Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres empezaré a ser feliz. cuanto más se acerque la hora, más me sentiré feliz. A las cuatro, estaré agitado e inquieto: descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar el corazón…”
Este verano, relájate... y reencuéntrate
Leer El Principito es como beber un vaso de agua fresca o un jugo refrescante en un día caluroso: simple pero absolutamente esencial. Guiado por este libro siéntete invitado a vivir un verano más presente, más ligero, más tuyo.
Solo ese verano azul en el que descansa y puede plantar semillas de bienestar y compartir que florecerán mucho más allá de agosto.
Porque descansar no es detenerse, es preparar el corazón para florecer.